Después de tener un encuentro tan profundo con una comunidad como la localizada en quebrada del sol, además de haber sido testigos del respeto mutuo de estos habitantes respecto a su cultura, logramos entender que un territorio es más que solo sus pobladores: es un sentido de aprecio profundo por la cultura diferente a la propia y por todos los seres que la conforman. Así, nos habíamos dado cuenta de que queríamos tener un contacto más cercano con la naturaleza y la comunidad, por lo que decidimos buscar otros destinos con estas características.
Esa vez, salimos de Ciénaga, después de un par de días de descanso en Santa Marta, para emprender nuestro recorrido a un Parque Natural situado a casi 2 horas de camino. De comienzo nos había parecido un trayecto largo, pero durante el camino vimos un paisaje no tan habitual en el mundo, el de la Ciénaga Grande de Santa Marta, en el que las aguas de este cuerpo de agua se confunden con las del Mar Caribe, siendo separadas por pequeñas formaciones de tierra en algunos sectores donde pasa la carretera que conecta Santa Marta con Barranquilla.