Siempre había soñado con caminar por las mismas calles que inspiraron a Gabriel García Márquez, y finalmente, el día llegó. Desde el momento en que me encontré frente al letrero "Yo amo Aracataca", supe que estaba a punto de sumergirme en un mundo donde la realidad y la ficción se entrelazan.

Acompañado por la esencia del Coronel Aureliano Buendía, me adentré en las calles de Aracataca, un lugar que respira historia y magia. Recorrí el Parque Lineal Macondo, donde cada rincón parecía susurrar las historias que tanto amamos. En la estación del ferrocarril, una joven invidente con su guitarra nos transportó a través de melodías llenas de nostalgia y belleza.

El Monumento de Remedios la Bella y el Camellón 20 de Julio nos ofrecieron momentos para capturar la esencia de Macondo, pero fue la visita a la Escuela María Montessori, donde Gabo aprendió a leer, lo que más me emocionó. Sentí que estaba en el origen de su genio creativo.

Finalmente, llegué a la Casa Museo Gabriel García Márquez, un lugar que no solo cuenta la historia del Nobel, sino que la vive. Afuera, un actor encarnó a José Arcadio Buendía, dándonos un vistazo al Macondo que habita en nuestra imaginación.

Para finalizar, visitamos el parque donde, con las historias que te cuentan, sigues conectando con ese mundo macondiano. Luego pasamos a la Casa del Telegrafista, allí te enamorarás de todas las obras artísticas que encontrarás en el lugar, y cerramos con un delicioso almuerzo en un restaurante típico de la zona. 

Me fui de Aracataca con el corazón lleno de gratitud, sabiendo que la esencia de Macondo siempre me acompañará.