Salimos de Santa Marta para dirigirnos al destino del que habíamos escuchado hablar desde que llegamos a la ciudad, el lugar que vio nacer a uno de los personajes colombianos más reconocidos a nivel mundial: “Aracataca”. Desde nuestra partida, en menos de dos horas, llegamos a este pueblo, donde fuimos recibidos por un grupo musical que entonaba canciones sobre un pasado imaginario de una ciudad llamada Macondo: una tierra caribeña la cual esconde secretos inimaginables de familias, hechos y tradiciones.
En nuestro deseo de descubrir por qué el nobel “Gabriel García Márquez” es tan importante, nos dirigimos al parque lineal, un lugar donde, al aire libre, se puede entender, a través de pinturas llamadas pasajes, las aventuras del diario vivir de este personaje y su relación con la obra que revolucionó la literatura en Colombia. Desde allí, en un burrito sabanero, entre calle y calle, nos transportamos hasta la estación del ferrocarril, donde Yubelkis una cataquera (persona de Aracataca), nos deleitó con canciones de la zona, como las composiciones de Franklin Benavides, escritor, compositor y poeta de Aracataca.